viernes, 13 de junio de 2008

Ciclo Final


El abanico de las nubes
abriga árboles desnudos
recoge con su gris perla
lo devorado por el tiempo
y anuncia que
es otoño en cada esquina
en cada puerta es otoño.

Los astros, el viento saludan
las hojas acostadas en la hiedra
y anochece

Anochece en pieles sin nombre,
en la madriguera del silencio
donde nacen todos los ruidos,
anochece
mientras este andar nómade
vuela de siglo en siglo
dentro de una lágrima.

Lejos, siempre a lo lejos
un silbido solitario
de una mujer solitaria
se deja oír perfumado
entre entre las ramas

para hacernos mirar
que somos hojas de un árbol
que pudre el invierno.

1 comentario:

Sylvia Rojas Pastene dijo...

"Anochece en pieles sin nombre,
en la madriguera del silencio"

Es tan cierto, como triste, este podrido invierno, tan frío, quisiera poder fusilarlo con fuego para que se derrita y deje al descubierto el fósil eterno de mis hojas primaverales.

El frío es eterno fuera de mi lengua.

Un beso estimada poeta de bares.