Como siempre y ya estamos acostumbrados que hacer algo en esta vida “cuesta”. Vivo en este largo y solitario país, con intenciones, a veces, de autoexiliarme en el extranjero o en mis propias calles, apartarme del ruido de la ciudad, pero no podría, soy demasiada urbana para irme al campo.
Y es que hoy en día la crítica viene de todas partes, la última escrita en poetascuricanos.cl habla de la antología editada a raíz del "Primer encuentro de poesía: pero en Talca", donde se enuncian sólo y únicamente los errores ¡Ni las fotografías se salvaron! No he visto el libro, pero aún así, siento el cansancio de quienes se dieron la ardua tarea de llevar el evento a cabo y posteriormente hacer la publicación, tan vilipendiada.
Con razón algunas personas se cansan de realizar o participar en eventos culturales ya que siempre desde cualquier rincón viene el ácido comentario, la mirada endiosada de creer que se está diciendo la gran verdad a un puñado de mortales. Me pregunto, mientras fumo un cigarro ¿Cuál es el motivo de tanta destrucción? ¿Competencia de conocimientos o quizás el exhibicionismo por la facilidad de elaborar discursos?
Considero que los conocimientos y tecnicismo obtenidos en cualquier universidad deben ser herramientas que generen y propicien una reflexión seria y madura, deben ser un aporte y no convertirlos en una bolsa de barro para arrojarla contra cualquier actividad que realiza un Otro.
El afán chilenensi de tirarnos siempre para abajo, está muy arraigado en nuestra forma de ser, olvidando que en cosas literarias sólo el destino es capaz de enunciar la terrible verdad. Considero que lo más importante es “hacer” tener la autocrítica suficiente para ver y corregir los propios errores. Sí, Uno sabe cuando se equivoca, lo importante es convertir esos errores en un punto de partida y no en un fracaso eterno.
Si esa antología no está bien. Bueno, eso es lo que hay y eso es lo que somos. Ya se aprenderá. Finalmente quiero compartir una reflexión que Doris Lessing hace en el Prefacio de su libro “El Cuaderno Dorado” “¿Por qué tienen tan estrechas miras, por qué son tas personales, cómo poseen tan poco talento? ¿Por qué siempre atomizan y desprecian, por qué les fascinan tanto los detalles y se desinteresan del conjunto? ¿Por qué su interpretación de la palabra crítica es siempre la de encontrar faltas? … Simplemente porque han sido entrenados para pensar así”.