miércoles, 25 de junio de 2008

Juego de una Mortal Cualquiera



Somos juego de ajedrez sin jaque mate
una pieza de dominó que nunca sale
la reina de una baraja cualquiera
un libro con prólogo y sin final
un pentagrama sin Sol ni Fa
el juego de la ruleta rusa
con revólver en la sien
gatillando gatillando
hasta que la bala
salga y cobre
su destino
mortal

Navegando en la Memoria



MIEDO INDIGENTE

Son las ocho de la tarde y este miedo se desespera al no encontrar un cuerpo donde pasar la noche.

SOLEDAD VERDADERA

La soledad es real
cuando no existe recuerdo
cuando no hay una taza de café
cuando una abeja no llega a las flores.


CONCRETANDO SUEÑOS

En el día la realidad es sueño con aroma a café
para suavizar calles y el tedio de la rutina
y en la noche, los sueños se concretan en
una botella de vino conversada entre cigarro y cigarro
mirando como la luna se destila gota a gota.


VIDA MUNDIAL VIVIDA EN UN PUEBLO

Que bostezo más grande Colbún. Colbún, concepto, nombre, identidad, lugar universal con tanto nacimiento, vida y muerte como en cualquier tribu, pueblo o hemisferio de la tierra.
No es necesario salir de de tus fronteras para conocer el mundo. En toda mesa, algunos días, sobra el pan y los sueños, la única diferencia, son las manos que revuelven la harina y el color de los ojos que sueñan.

HUESPED DE SUEÑO AJENO

Tú otra vez, restaurando recuerdos en mi memoria
sin respetar el olvido.

Ahora que estoy amueblada con ciudad y gente
que no respiran el aire de tu voz morena
ni conocen tu mirada de bostezo
llegas en perfecta destrucción a mis sueños
como si el tiempo no anidara en el ruido de mis canas
como si esta distancia, nuestra distancia
no tuviera las arrugas suficientes
ni las cicatrices necesarias
para merecer olvido.

Otra vez tú, después de tantos milenios
llegas con un café a medio roer
desempolvando pasado, limpiando recuerdos
como si no existiera esta realidad
a la que fuimos condenados.

viernes, 13 de junio de 2008

Mitos Personales

Esta costumbre de saberme Demonia
con mirada satánica y gestos paganos
de saberme malvada con los hombres
y enamorarlos para luego huir de ellos
y de mí.

Esta costumbre de no tener piedad
con mi cuerpo y trasnocharlo
entre vinos silencio y cigarros
y vagar hasta el sonido
de una lágrima evaporada
y caminar sobre el espacio
que anida en cada una
de mis distancias.

Esta manía de saberme maligna
como Ángel de las Tinieblas
cuando soy una Ángel Iluminada
que nunca ha salido del Paraíso.

Ciclo Final


El abanico de las nubes
abriga árboles desnudos
recoge con su gris perla
lo devorado por el tiempo
y anuncia que
es otoño en cada esquina
en cada puerta es otoño.

Los astros, el viento saludan
las hojas acostadas en la hiedra
y anochece

Anochece en pieles sin nombre,
en la madriguera del silencio
donde nacen todos los ruidos,
anochece
mientras este andar nómade
vuela de siglo en siglo
dentro de una lágrima.

Lejos, siempre a lo lejos
un silbido solitario
de una mujer solitaria
se deja oír perfumado
entre entre las ramas

para hacernos mirar
que somos hojas de un árbol
que pudre el invierno.

miércoles, 11 de junio de 2008

Rutina



Bajo la luz de su sombra despierta en mitad de un segundo abierto. Estira un poco más los músculos del cuerpo y luego se deja abrazar por el agua purificadora de la ducha.

El día sonríe al perfume que lleva puesto sobre sus sueños y contempla alegre, el vaivén de sus íntimas caderas, mientras camina hacia el trabajo, que siempre en rutina, la espera.

Llega un poco cansada, pero despierta, aún tiene restos de la jornada anterior, debajo de las ojeras, pero no es nada.

Todo se salva con un buen maquillaje, una gruesa y delicada capa de rimel y como última palada de tierra sobre el cadáver que ayer fue, sonríe, antes de entrar en la puerta de la esquina.

Habla en forma cordial, se comporta a la altura, como cualquier gerente o ejecutiva vendiendo productos de excelencia a un público exigente.

Después de unas copas se prepara para trabajar y se entrega a quien paga por su rápida y excelente atención.

Luego un pequeño y profundo lavado, retoques en el maquillaje y al salón de nuevo, porque el salón es como toda oficina, con sala de espera.

Puntuaciones Vividas


Esta vida que me habita está llena de comas, sufrimientos varios y diversas sonrisas, después de un punto seguido.

Tengo algunos trozos de olvido que sobreviven entre paréntesis, sobre los restos de una carne incierta que anida en las entre comillas de mis huesos.

Soy tan pedazos fragmentados, diluidos, unificados, como la rutina ciudadana de cualquier transeúnte que circula con horarios.

Soy tan ausencia repartida entre voces desnudas, cuando a orillas de mí caen hojas de otoño con solsticios de verano. Cuando me fumo y me pienso, como si esta noche fuera la primera noche en que me siento un signo de interrogación.

Esta costumbre de ser puntos suspensivos, de ser tan evaporada, dispersa, al final de una página, pero cuando me resumo en el margen derecho de un renglón cualquiera, soy concreta y real como todas las botellas de vino que me he bebido.