viernes, 15 de febrero de 2008

Bestia Clitoriana


El cielo hoy es una taza de café hambrienta, un helecho de espaldas dormidas, un tenue respiro para esta mudez océano, que busca tierra donde sembrar palabras.

Me diluyo abstracta, mirando como siempre, a ceniza acumulada de los espejos. En ese vacío me visto con la desnudez de noches milenarias. Tengo tanta historia en la epidermis de mi voz, tantos universos sostenidos en las rodillas, que poco importan las estaciones del tiempo, el conocimiento teórico que no comprende el fluir de la sangre desnuda.

¿Que culpa tengo de ser hembra, de sentir en la memoria el golpe de piedras, el fuego de hogueras y el ardor de clítoris cosidos, cercenados, infectados, cicatrizados y penetrados sin anestesia?

Sí, soy alguien intuitiva, clitoriana, que razona y piensa a partir de emociones. Alguien que siente el ruido de las estrellas, que se nostalgia si el día está nublado, se duele cuando la naturaleza aborta hojas en otoño. Alguien que piensa con las aristas de la piel, alguien que siendo pelvis, asume el pasado y ama y comprende al hombre que amanece a su lado.

Soy tan bestia. Soy totalmente bruta, lejana a la perfección y a la inteligencia pura. Esta bestialidad quizás se debe por vivir demasiado a pulso, así: a pura vena, lejos de catedrales y catedráticos. Tal vez por vivir demasiado, por tener exceso de experiencias y una sabiduría aprendida en bares y prostíbulos, viviendo detrás y sobre las esquinas, recogiendo lágrimas, sudor y alegrías de gente verdadera.

Soy bestia, definitivamente bestia. Soy tosca ¡Y qué! El mundo es así. Nadie enseña el color del hambre, ni el sabor de los sueños. Sólo nos castigan y culpan. Sólo nos miden por la razón y la inteligencia. Y yo no soy éso, tal vez, sea un leve murmullo floreciendo en una taza de café, o en una copa de vino bebida racional, hasta volver a la inocencia.

jueves, 14 de febrero de 2008

Desnudez Pública




A las nueve de la mañana, hoy catorce de febrero, la sombra minúscula de un edificio contempló la normalidad milenaria de cómo se revelan los misterios. Por mi trabajo poético, hoy, posé, desnuda, en la calle. Debía ser así, desnuda, en medio, al frente, detrás, al lado de la gente.

Pero esta desnudez no es capricho ni provocación, es el estado de vulnerabilidad que padecemos las personas que buscamos trabajo. Pero no quiero hablar de la realidad de una cesante, del estar desnuda y ser el blanco de las miradas cruzando la epidermis de todas mis emociones.

Quiero hablar del encuentro íntimo que tuve conmigo en plena vía pública.

Siempre me he sentido extraviada, como si yo fuera la palabra FIN aparecida erróneamente en la mitad de un texto. Siempre sola, con una soledad sospechosa, sobredivina y sobrehumana. Soledad celestial que salva pero también condena. Soledad en familia, en fiestas, en orgasmos. Soledad cuando recojo mi carne y memoria de las alamedas nubladas del infierno.

Siempre diferente, pretendiendo ser normal. Pero esta mañana al sentarme desnuda en una banca y después de caminar desnuda entre la ciudad vestida, sentí libertad, y mi desnudez dijo por mí: “Miren, ésta soy yo, y ésta es la forma, el color y la piel de mi alma”.


Aún huelo los matices de la plenitud y desde hoy, creo que la vida es un trozo de sueño, que deberíamos vivir despiertos.


El trabajo terminó después de recorrer tres puntos céntricos de la ciudad, y cada vez que me cubrían, guardé un trozo de eternidad pura, tomada en un día normal, a la hora en que otro mundo empieza a las nueve de la mañana.

Gracias a mis amigas Loreto Pérez y Alejandra Albornoz por acompañarme al cielo.

Espera



Evaporada espero que el gesto de tus besos, amague el fuego de este incendiarme cuando te pienso.

No sabes que tengo todo mi cuerpo atrapado en mi boca cuando te espero.

Sí, te espero como bestia enfurecida, con hambre, frío, con sed. Te espero en quieta desesperación. Deseando que me bebas. Deseando diluirme en el aire, para que me respires completa .

Aún estás ausente, me tiendo en el día, sudada, hambrienta de tí, esperando que tu aroma llegue y sacie el océano que tengo dentro de la piel.

¿Qué? ¿Amor?


Es bueno que el Amor tenga un día especial. Despertarse sintiendo mariposas en el estómago, un brillo incendiando los ojos, cuando la persona amada se piensa. Es hermoso estar enamorada, ser correspondida y que todo fluya en armonía perfecta hasta que la muerte nos separe.

Pero no seamos tan ilusas, el Amor es un engaño de Madre Natura, somos animales como las otras especies, la excepción es que andamos en dos pies y pensamos, nos proyectamos con una persona y todos los etcéteras conocidos. Lo cierto es que Madre Natura sólo espera que nos reproduzcamos para continuar la especie, el resto es adorno contemporáneo. Recordarán que antes los matrimonios eran por conveniencia económica, política o social y ¿El Amor dónde estaba?. ¿Desde cuándo el concepto Amor se dio entre una mujer y un hombre?. No hablemos de nuestros padres primigenios, no estoy segura si Eva estaba enamorada de Adán, lo que es claro es que era el único que había en ese momento.

Pero la libertad que hoy poseemos nos lleva a elegir con quien compartiremos nuestra vida. Sí, es bonito estar enamorada, sentir que esa persona despierta emociones, que podríamos reconocer su aroma sobre todos los otros aromas humanos. Sí, hace bien amanecer con alguien y encontrar en sus brazos refugio, comprensión, cariño.

Mas, la etapa primera del enamoramiento estoy consciente que es un espejismo, una ilusión. Tenemos en nuestra mente un ideal imaginario y lo proyectamos en la pareja, luego con el tiempo, esa ilusión se desvanece y aprendemos a conocerlo tal cual es. Ahora si lo aceptamos y continúan las mariposas en el estómago es porque estamos enamoradas.

Flores, tarjetas, chocolates, son indispensables para continuar con la magia del enamoramiento. Debemos recordar que los otros animales, siempre conquistan primero con diversas atenciones antes de copular. Así que atentos hombres, en la vida salvaje el macho es quien conquista y espera ser aceptado. No se duerman, porque como dice la canción “Cuidado amor, hay gente por ahí llorando soledad”. En todo caso feliz día de los enamorados a todas las ilusas e ilusos de este mundo.

martes, 12 de febrero de 2008

RECITAL PALABRAS DE VERANO



LOS ESPERAMOS ESTE VIERNES 15 DE FEBRERO A LAS 20:00 HORAS EN BIBLIOTECA REGIONAL DE TALCA al recital poético "PALABRAS DE VERANO"

Nos acompañará el escritor y poeta de Temuco GUIDO EYTEL, quien ha sido galardonado con diversos premios entre ellos: Premio Municipal de Santiago, Premio de la Academia Chilena de la Lengua, Juegos Literarios Gabriela Mistral, etc.

Esperamos compartir con usted las lecturas y un brindis de honor que se realizará durante el recital.

viernes, 1 de febrero de 2008

Abstracciones



Tengo frío en la memoria
amaneceres maduros gimiendo
bajo la boca.

Tengo ruido apretado
costras telúricas
arañando oscuridades.

Tengo ausencias
mordeduras erupciones
lloviendo entre mis pasos.

Un día normal



Era un día más. Uno de tantos que forman los meses. Sin que los dioses enviaran señales, salí con la intención romántica de vagabundear por la ciudad sin hacer nada..

Una ida al cine esperando noche no es mala idea. Es extraña la sensación de entrar a un lugar con luz día, llevando en la retina los trámites de la gente, el apuro de oficinistas, las tiendas abiertas y luego, al salir, la primera impresión es que la ciudad fue cambiada por otra.

Las luces de neón invitan a entrar, a pedir un trago para asistir al funeral de este día y de pronto al segundo sorbo un ángel aprobando para su cielo la compañía de esta alma.

Todo fue de inmediato, el ruido de sus ojos buscando silencio en mis ojeras, el universo de sus yemas buscando constelaciones en mi brazo. Nada que decir ni pedirnos. Nada de hasta la muerte o de llamadas temprano.

Coronado el día, había que coronar la noche a lo humano. Nos fuimos hablando trivialidades a una pieza cercana, donde regalan dos piscolas por la visita. Cerrada la puerta, tus manos, como si tuvieran la costumbre de un pirata, despojan todo lo que impedía que los cuerpos se encontraran.

Cuantos besos, cuantos gemidos, cuantas malas intenciones consumadas. Salió todo lo bestia, todo lo primitivo que recuerda y necesita la carne para saciar bajos instintos y hacer historia.

Solicité dos piscolas más y que besaras mi cuerpo para redimir los pecados de los que no quieren alcanzar esta eternidad. Las copas están a medio beber, el pulso alcanza una relativa estabilidad, que se ve alterada al sentir que tus labios prenden el incendio amagado. Y yo, corsaria del siglo XXI tomo lo que te queda de vida por esta noche y tus manos le dan a mis caderas otra dirección salvaje.

Nuestros cuerpos cenizas han saciado el hambre y cobran lucidez. Cordura, que me hace reconocer en silencio, que eres el mejor puto que he conocido. Al despedirnos me entregas tu tarjeta, ya sabía que no eras un ángel, y la guardo, mientras los dioses de turno continúan castigando a los pecadores.