jueves, 20 de junio de 2013

MI FRIO

El frío se ha despertado en mi piel, camina colonizando cada pliegue, cada poro y me envuelve con su voz de escarcha.  Todo mi cuerpo lentamente ha ido perdiendo su tibieza en esta noche de estrellas cerradas.  En cada movimiento recibo el aroma de su piel abstracta, en cada gesto recibo del aire su nombre escrito.

En esta hora tengo todo el frio atrapado en mis pies, en mis manos enrojecidas, en mis labios partidos.  Aún con una taza de agua caliente, siento como su desnudez me golpea por dentro y por fuera y sonrío entre sus dientes y permito que me cubra con sus dedos de niebla.


Quizás porque el frío, despierta esos lugares despoblados que me habitan, lo dejo niño cruzar mi espalda, le permito traer a esta habitación sus soledades que siento y comparto, aún en días de sol.

miércoles, 19 de junio de 2013

SALOMÉ


Llevo en la sangre la venganza de Salomé, 
el deseo innombrable de intercambiar,
el huésped lujurioso de tu cuerpo
con las cenizas sacrílegas de mi piel.

Todo arde en el éter de estas paredes,
en las sandalias de este momento,
y es que tu carne me eterniza
como las más deseada,
como la más apedreada.

Aún con los ocasos quebrados y arañados
por la bebida de tu vientre,
te cedo el privilegio de saciar el hambre de tus placeres
en el envoltorio de mi esqueleto lleno de laberintos.

Como tú, otros han traído fiebres acumuladas,
demonios escondidos.
Como tú, otros anhelan yacer en la morada
de mi insaciable lujuria.

Y ahora, me traes ofrendas,
sin antes pagar la deuda que tienes con Dios.
Me ofreces un poquito de tu alma,
el desierto húmedo de tu piel,
y yo, compasiva, lucho contra tu cuerpo
sin ser tu enemiga.

Con tus obsequios me siento niña y juego
Sobre tus muslos, debajo de tus rodillas,
beso la constelación de tus entrepiernas,
el rebaño de tus pastizales.

Vienes a mí, como yo voy a los sueños,
a ese soñar inocente de la desteñida infancia,
por un momento, con el escapulario escondido,
anhelo ser una mujer pura y casta,
pero el destino no me libera de este cautiverio
y en silencio grito: 
                                    Soy la venganza de Salomé.  Los pecados de Magdala.
                                    Soy mujer. Una Venus múltiple. Una virgen. Una Eva.
                                    Mil mujeres soy. Mil hembras. Mil demonios.
                                    Mil seres encadenados a un solo cuerpo.

(del libro Versóvulos, 1.998)

jueves, 13 de junio de 2013

EPISTOLA


Distinguido caballero:  Espero que al recibo de la presente misiva, albergue en su memoria los instantes previos, intermedios y finales de nuestro último encuentro.


Vuesa merced se retiró, aquella noche, complacido de los afectos y entrega que esta piel propinó, sin decoro ni recato, a su afectísimo cuerpo.  Cuerpo que recibió sin queja alguna los caminos no acostumbrados de dos almas que se unen por mero placer.

Vuestras excesivas caricias y besos dispensados a esta humilde servidora han logrado teneros en la más alta estima.  En estos momentos de obediencia a los impulsos carnales y en gratitud a la gran odisea que vuestra nave propinó a estos océanos, es que solicito su distinguida presencia en mis aposentos.

Será esta noche, cuando mi adorado esposo, a quien espero que Dios ilumine, ampare y demore su llegada, se ausente de este hogar arrebozado en rutina y deberes nimios.

He de garantizaros que durante vuestra majestuosa y complaciente visita, me dedicaré con toda aplicación a devolveros en exceso, las caricias, besos y otras aplicaciones que no corresponde a una dama decir, sino que hacer.

Mi hidalgo favorito, no puedo reprimir el impulso de confesaros, que en esta ocasión, usted será testigo de mi desenfreno:  esta noche me sacaré el camisón de lona, me verá desnuda, andaré desnuda, lo cabalgaré desnuda.  

Así que anímese y llegue en prontitud sabiendo que todo solo obedece a mis impulsos carnales y el amor que usted profesa es una utopía. 
 Le saluda afectísima a la espera de vuestros fieles y placenteros servicios,

PROFETA DE BARES

miércoles, 5 de junio de 2013

HASTÍO


Hoy fue un día normal de semáforos hirviendo
De dioses tirados en la calle
Respirando neoprén, o bencina blanca
De dioses bancarios ofreciendo crédito
Con 10% de interés anual y anal.
Hoy fue un día para amar
Pero el hombre estaba dormido
Y la tierra fue toda noche
Toda alarido
Y entré a un café
Y pedí una copa de vino
Y bebí lenta
Y me bebí al hombre
Y me bebí la tierra
Y me bebí la noche
Y me bebí un alarido
Y me bebí todo grito
Y amanecí huella digital marcada
en un caño oxidado y envejecido

apedreando las academias
con un poema en la mano
apedreando a los pacos
con un poema en la mano
apedreando al estado
con un poema en la mano
apedreando al sistema
con la vida en las manos.

martes, 28 de mayo de 2013

Autoretrato de la soledad



Un pequeño rayo de sol ilumina quebradamente todo el lienzo.

Tenues pinceladas de silencio relativo, forman un color niebla multiplicado en boca y en pupilas que miran hacia afuera del cuadro.

El rostro se evapora en tonos de ausencia, en esperas infructuosas retenidas en un ritmo circular que se refleja en la tonalidad dolorosa de sus ojeras.

En el contorno de las sienes se visualizan líneas de humedad sobre humedad, con capas sueltas de angustia contenida y subordinada a un encanto evasivo.

Todo el cuadro refleja nostalgia, furia, un estado ligero, un laberinto abisal que se pierde en los contornos del paño para renacer majestuosa en la mirada de quien observa.