martes, 30 de diciembre de 2008

Maldita Perra


Que perra tan indomable soy
no existe sabueso, ni trampas
que atrapen este correr
este ir y venir del submundo
al reino.

Un día como aquí, otro día
amanezco comiendo allá.

Amanezco comiendo en mesa propia
ajena, prestada, alquilada, robada.

¡Qué importa, si al final como igual!

Un alma de perra, o una perra alma
se alimenta solitaria
no se hace víctima, no llora
no busca camadas
porque las heridas, como perra
se las lame
Sola.

martes, 16 de diciembre de 2008

Cansancio Contento


La vida y sus extremos. Mucho que hacer. Poco tiempo para el ocio productivo. Este ocio de sentarse a escribir comunicarse con amigos de este ciber espacio, responder todos los correos. En resumen un cansancio contento me tiene fatigada, pero ya vendrán días más productivos en relación a la creación y visitas a otros blogs. Pido disculpas por no responder, pero ya habrá cielo para encantarnos.

Cansada,
así con la mente extraviada en el vacío,
No pienso en nada.
Quizás extraño.
Extraño quizás una semana sin nada que hacer.
Recorrer los sentimientos y pensar
en los amigos que me han dejado de querer
En los amantes ofendidos
En la sonrisa que no he dado
En el puñal que recibo.

Cansada, pero cansada contenta
Con la cabeza metida en la nada
Con ojeras hasta la garganta
Con cansancio de humo en todo el cuerpo
Cansancio de humo que se desvanecerá
Con la brisa de esta noche.

Dormir. Requiero dormir
Pero antes diluyo este agotamiento
En esta copa de vino
Y brindo por este placentero cansancio
Pensando que ya vendrán días
Donde sólo tendré que zurcir sueños
con el ocio incrustado en los momentos.

martes, 2 de diciembre de 2008

VENTANA ABIERTA

Entre sueños recuerda que la ventana del living está abierta. Pretende levantarse pero el cansancio del día lo tiene sumido entre las sábanas. No hace tanto frío, piensa y se acomoda para seguir durmiendo.

Ladridos de perros lejanos se dejan oír intermitente. El automático del refrigerador funciona. No pasa nada, se dice tratando de conciliar el sueño.

Un pequeño ruido, un ruido de esos que sólo se perciben en la noche, lo pone en alerta. No mueve ni un músculo mientras contiene la respiración.

Sólo siente el palpitar de su corazón en los oídos, el resto es silencio absoluto. Al próximo ruido se levantará a cerrar la ventana, piensa exhalando despacio el aire contenido en los pulmones. Comienza a perder la conciencia por el sueño.

Algo roza levemente el techo. Reconoce el roce. Es una rama del níspero que cuando hay viento toca el pizarreño. No se mueve. Si los ruidos provinieran del living se levantaría pero todos son ruidos conocidos.

Se apresta a dormir. Un gato podría entrar pero las cortinas son gruesas. Más tranquilo comienza la odisea de entrar en el sueño, cuando el crujir de una tabla lo pone en alerta. Contiene la respiración esperando que se repita. De nuevo silencio, con el latido del corazón en los oídos. Exhala lentamente, mira la hora, debe dormir.

Llega quince minutos atrasado al trabajo. ¿Qué te pasó hombre? Nada Jefe, anoche no cerré la ventana del living.