miércoles, 17 de junio de 2009

FILOSOFIA ESCRITURAL


Finaliza un día más de vida o de muerte, que importa. Los codazos y empujones de la manada quedan atrás, como las miradas y el pensamiento que provoco en los demás.

Toda muerte termina al atardecer. Momento donde dejo de respirar para escribir. Apartar la rutina del día y convertir lo cotidiano en filosofía escritural de vida.

Vaciar imágenes en los caudales de la noche. Renaciendo. Resucitando para escribir. Dar forma a las bestias que roen la sangre. A las pirañas que muerden la soledad vertida en esta copa.

Escribir sin respirar, conteniendo el aire en los pulmones de la memoria. Hacer todo y de todo en el cuerpo de una página.

Escribir, única forma de vivir condenada pero tranquila, porque en este mundo hago el amor en la plaza con un verso. Me masturbo en público con el punto de la “i”. Soy lesbiana y beso lujuriosa el seno de toda “a”. Me entrego libidinosa y me revuelco con el cuerpo de una “o”. Soy bisexual y salto de una montaña a otra en los húmedos labios de la “u”. y soy puta, sobre todo puta gracias a los caminos cruzados de la “T”