Pero si eso fue todo. Tú sabes el “para siempre” existe solamente en la eternidad y aún estamos vivos.
La noche, siempre la noche, la hora en que todos duermen, tu mano en mi hombro, el silencio hablando por nosotros, nos llevó de un segundo a otro a esa desnudez interrumpida por los gemidos y la desesperación de los besos.
Fuimos la tempestad casual de un momento, el resultado de un deseo que habita en todo cuerpo. Ese estado febril y ese delirio obligan a decir palabras que no responden a la realidad.
“Soy tuya”, lo dije en estado febril, el “Te deseo” y el “por fin juntos” son palabras de buena crianza y no significan “lo haremos siempre”.
Eso fue todo Querido, este deseo quizás despierte mañana, pero será en otro cuerpo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario