Aún es tiempo
de guardar los sueños
bajo la sombra de un árbol.
Profeta de Bares, Silvia Rodríguez Bravo
Páginas de reflexión, locura trozada y pensamientos para no morir demasiado en un día cualquiera.
martes, 9 de octubre de 2018
miércoles, 6 de abril de 2016
RECADOS DE UN POETA MENOR
Omar
Cid, poeta aventurero de sueños y realidades que permanecen tendidas en las calles
y plazas de un país que, aún no puede derretir la nieve oscura que permaneció
durante los 17 años de dictadura militar, entrega en su poemario “Recados de un
Poeta Menor” veinte poemas breves.
Comenzando
desde el exterior, el libro es de formato minimalista, por lo que la cercanía
que se produce con el objeto libro permite una lectura íntima y más estrecha
con los textos. La imagen de la portada
tiene un peón de ajedrez (esta pieza representa un soldado de infantería que va
de a pie a la batalla, su misión es proteger a la escuadra mayor de
guerra). Este peón está posicionado en la
quinta fila del tablero, jugada extraña, ya que en la primera movida el peón
sólo puede llegar hasta la cuarta fila.
En frente, los contrincantes están en su respectiva posición de origen y
los deberá enfrentar, esquivar y defenderse.
Las torres que siempre se mueven amurallando el tablero apenas son
perceptibles, quizás en esta jugada poética cada verso las ha derribado.
Después
de leer el poema “Arte Poética” cierro el universo minimalista de Omar Cid y
pienso en la primera estrofa:
“…
tarde o temprano
La
trama nos traiciona
Y
el oficio queda trunco …”
El
verso “la trama nos traiciona” me lleva a reflexionar que los acontecimientos
ya se han producido, y lo han hecho de tal forma, que el oficio (en este caso
del poeta) se ha visto interrumpido y sobrepasado por los sucesos. La tragedia ha sido consumada, cosa contraria
de lo que ocurre en el poema “Ajedrez” de Jorge Luis Borges: “¿Qué dios detrás
de dios la trama empieza / de polvo y tiempo y sueño y agonía?”. Aunque Borges presenta una existencia
predeterminada dirigida por una entidad superior que maneja la vida dejándonos
en una agonía constante, donde la trama tiene como base la esperanza y la
desolación. Sin embargo, en Omar Cid, la
trama se ha desarrollado culminando en traición, sin posibilidad de otro inicio.
A
pesar de esta realidad, la voz poética de nuestro autor realiza un acto de
levantarse y de reafirmarse ante un mundo hostil. En el poema “Se niega” nos habla de su
rebeldía ante la sumisión, considera (erróneamente) que la temática de género
es tan solo un juego, proclama que su quehacer creativo no pasa por el estudio
ni el conocimiento, sino que busca desentrañar la verdad “en los estantes de la
Vicaria”. En el poema “Escribir” perfila
su filosofía de vida, revela los motivos que lo impulsan a continuar
construyendo universos donde plasmar su frente ideológico. Omar Cid, no da tregua al olvido, es así como
el poema “Fuga” logra mantener vivo el recuerdo de Mauricio Gómez Lira, que en
el año 1992 es asesinado por personal de investigaciones y gendarmería, junto a
su compañero José Miguel Martínez.
En
el libro Recados de un Poeta Menor, no tenemos la presencia de un
cuestionamiento existencialista, ni versos cargados de metáforas, su tenor es
denuncia y enfrentamiento con quienes han sacado provecho personal de las
circunstancias históricas por las que otros lucharon y/o dieron la vida. Para enfrentar la realidad el hablante no se
cubre de vestiduras, ni de títulos honoríficos, solo se presenta como un peón
de ajedrez que comienza el juego, en este caso un discurso, una proclama. Además, se autodefine Poeta Menor,
relegándose a una categoría de invisibilidad o ausentismo sobre los escenarios,
donde convergen los escritores ¿mayores? o reconocidos ya sea por sus obras o
porque abandonaron la patria poética para relacionarse con el poder, obtener
cargos y de esta forma ver publicadas sus obras. Esta temática queda plasmada en el siguiente
poema:
NOSOTROS
A
nosotros nos instruyeron
en
cuestiones tan útiles
como
mecha rápida y lenta.
Ustedes
en cambio
escribían
a la soledad
a
las jodidas palomas
a
las manzanas verdes y rojas
en
los días de estado de sitio.
Nosotros
bañábamos las paredes
de
consignas rudimentarias
Ustedes
practicaban el deporte de las palabras
coleccionando
repeticiones
para
honor y gloria del próximo caído.
Nosotros
sudábamos la gota gorda
huyendo
de la parrilla
y
los versos quedaban almacenados
en
los bolsillos de la memoria.
Debido
a eso/ cuando los miro
elevando
el pecho al horizonte
y
doblegando el lomo
esperando
financiamiento
No
hago otra cosa
que
amontonarlos
como
hojas disipadas
por
el calendario.
Omar
Cid, nos habla desde su experiencia, en su discurso no se vislumbra la creación
de un mundo ideal, pero sí nos entrega un testimonio de profundo contenido
social y político, pero en el poema “Cuando llueva” el hablante realiza un brusco
giro hacia la nostalgia, donde se perciben ligeras pinceladas de romanticismo, pero
finalmente, el hablante poético continua con la desolación, dado que la “trama”
ha finalizado.
CUANDO
LLUEVA
Una
estrella asoma a lo lejos
tiene
esperanza de posarse en mis ojos
Extiendo
una mano
y
seco el rostro a la luna
una
palabra golpea mi pecho
desplegando
el desierto sobre mis canas
Llueve
y no hay paraguas
para
impedir el látigo de los grafemas
sobre
mi espalda
un
río cruza mi patio
me
sumerjo en el caudal
de
voces antiguas
Tengo
tatuado nombres en mis brazos
nombres
para el olvido
Cabalgué
con ellos
hasta
cuando la brisa de los sueños
cedió
su lugar
al
temporal de las pesadillas
Llueve
otra vez …
y
la ciudad se vuelve amigable
como
el silbido en la montaña
como
tus ojos
cuando
llego tarde
Llueve
y tu espalda se pierde
por
calle Moneda
Recojo
una lágrima
de
las mejillas de una ventana
y
la guardo en mi bolsillo
a
ver si regresas
cuando
llueva
por
la tarde …
Se
ha librado una batalla más en el tablero de ajedrez que es la vida, una eterna
batalla donde “…la trama nos traiciona… ” o “¿… la trama
empieza …?”.
viernes, 18 de marzo de 2016
LA NOSTALGIA Y DEAN REED
El
calor, como un quiste aferrado a la ciudad no quiere rendirse y nos asola con
su ardor sofocante. Hoy es otro día de
marzo, mes repetitivo como los otros once meses. La mañana estuvo agradable; hizo frío. Solo por la tarde, el sol, a modo de
despedida, dejó caer trozos de furia y sudamos durante tres horas solamente.
Ante
la inestabilidad del tiempo y de las emociones, nada mejor que retirarse de la
ciudad y evadir la nostalgia provocada, quizás, por el ocaso. Dicha evasión esta vez consistió en ir al
cine y ver el documental “GringoRojo”.
No fue la mejor opción para calmar la nostalgia, pero ahí sentada en una
butaca viajé al mundo libre que soñaba Dean Reed, (cantante norteamericano)
quien después de venir a Latinoamérica se percató de la extrema pobreza
existente en aquella época (1960). Este
hecho me recordó a Buda encerrado en su castillo y que después de ver a un
hombre enfermo y a una mujer vieja, se percató que existía el dolor en el ser
humano y se retiró para meditar la forma de erradicar el sufrimiento.
Dean
Reed, sin embargo, se convirtió en cantante revolucionario y gritó junto a un
pueblo de gente humilde, sacrificada y llena de ideales. Las concentraciones y las marchas en aquel
entonces eran masivas, se lee en una de las pancartas “Queremos igualdad”, que
tristeza: antes de los setenta, ya estábamos pidiendo igualdad. A
medida que iba rodando el documental pensaba en la ingenuidad y fuerza de
aquellas mujeres y hombres, unidos en busca de un futuro digno. Ví de nuevo, el miedo en los rostros de
aquellos que sufrieron opresión, de cómo se fue escribiendo el poema “Somos
cinco mil” de Víctor Jara y el dolor ante la injusticia y crueldad, comenzó a
desplazar la nostalgia que traían mis emociones. Nos quedan demasiadas marcas en la
memoria. Memoria fragmentada por el
vértigo del consumismo y el aislamiento al que nos conduce la tecnología.
Reed,
fue un cantante peligroso para cualquier gobierno, ya que en todos los países
existen los desplazados por el sistema, los que perciben un sueldo indigno y
trabajan demasiado. Este hombre
idealista, recorrió Latinoamérica y Europa, su canto fue la voz para quienes
padecían el rigor de la injusticia y otras vicisitudes. Es interesante la vida de Dean Reed apodado
por algunos como el “Elvis Rojo”. Los
espectadores, antes que terminara el documental, aplaudimos a ese hombre
rebelde y soñador que entregó horas de catarsis, donde el grito de libertad,
igualdad y justicia se pedían con el puño en alto y después … bueno, ya sabemos
lo que ocurrió después, en nuestro país.
A
pesar de que el frío es bien recibido, nos abrigamos y fuimos con los amigos a
beber un algo en forma lenta. La noche
ya se ha empoderado de la ciudad, las calles solitarias permiten ver el
esplendor de una calma momentánea.
Estamos bajo la luz. Allá un poco
más lejos está ocurriendo otra vida dentro de hospitales, prostíbulos,
comisarías y otro mundo, detrás de las puertas cerradas. Es tiempo de ir a casa, retomar los momentos
habituales y luego ignorar el insomnio presentido.
Hoy
en día nuestras manifestaciones son aisladas.
Un grupo de personas luchan por un ideal, otras lo hacen por una causa
diferente.
jueves, 20 de junio de 2013
MI FRIO
El frío se ha despertado en mi
piel, camina colonizando cada pliegue, cada poro y me envuelve con su voz de
escarcha. Todo mi cuerpo lentamente ha
ido perdiendo su tibieza en esta noche de estrellas cerradas. En cada movimiento recibo el aroma de su piel
abstracta, en cada gesto recibo del aire su nombre escrito.
En esta hora tengo todo el frio
atrapado en mis pies, en mis manos enrojecidas, en mis labios partidos. Aún con una taza de agua caliente, siento
como su desnudez me golpea por dentro y por fuera y sonrío entre sus dientes y
permito que me cubra con sus dedos de niebla.
Quizás porque el frío, despierta
esos lugares despoblados que me habitan, lo dejo niño cruzar mi espalda, le
permito traer a esta habitación sus soledades que siento y comparto, aún en
días de sol.
miércoles, 19 de junio de 2013
SALOMÉ
el
deseo innombrable de intercambiar,
el
huésped lujurioso de tu cuerpo
con
las cenizas sacrílegas de mi piel.
Todo
arde en el éter de estas paredes,
en
las sandalias de este momento,
y
es que tu carne me eterniza
como
las más deseada,
como
la más apedreada.
Aún
con los ocasos quebrados y arañados
por
la bebida de tu vientre,
te
cedo el privilegio de saciar el hambre de tus placeres
en
el envoltorio de mi esqueleto lleno de laberintos.
Como
tú, otros han traído fiebres acumuladas,
demonios
escondidos.
Como
tú, otros anhelan yacer en la morada
de
mi insaciable lujuria.
Y
ahora, me traes ofrendas,
sin
antes pagar la deuda que tienes con Dios.
Me
ofreces un poquito de tu alma,
el
desierto húmedo de tu piel,
y
yo, compasiva, lucho contra tu cuerpo
sin
ser tu enemiga.
Con
tus obsequios me siento niña y juego
Sobre
tus muslos, debajo de tus rodillas,
beso
la constelación de tus entrepiernas,
el
rebaño de tus pastizales.
Vienes
a mí, como yo voy a los sueños,
a
ese soñar inocente de la desteñida infancia,
por
un momento, con el escapulario escondido,
anhelo
ser una mujer pura y casta,
pero
el destino no me libera de este cautiverio
y
en silencio grito:
Soy
la venganza de Salomé. Los
pecados de Magdala.
Soy
mujer. Una Venus múltiple. Una virgen. Una Eva.
Mil
mujeres soy. Mil hembras. Mil demonios.
Mil
seres encadenados a un solo cuerpo.
(del libro Versóvulos, 1.998)
(del libro Versóvulos, 1.998)
jueves, 13 de junio de 2013
EPISTOLA
Distinguido caballero: Espero que al recibo de la presente misiva,
albergue en su memoria los instantes previos, intermedios y finales de nuestro
último encuentro.
Vuesa merced se retiró, aquella noche, complacido de
los afectos y entrega que esta piel propinó, sin decoro ni recato, a su
afectísimo cuerpo. Cuerpo que recibió sin queja alguna los caminos no acostumbrados de
dos almas que se unen por mero placer.
Vuestras excesivas caricias y besos
dispensados a esta humilde servidora han logrado teneros en la más alta estima. En estos momentos de obediencia a los
impulsos carnales y en gratitud a la gran odisea que vuestra nave propinó a
estos océanos, es que solicito su distinguida presencia en mis aposentos.
Será esta noche, cuando mi adorado
esposo, a quien espero que Dios ilumine, ampare y demore su llegada, se ausente
de este hogar arrebozado en rutina y deberes nimios.
He de garantizaros que durante vuestra
majestuosa y complaciente visita, me dedicaré con toda aplicación a devolveros
en exceso, las caricias, besos y otras aplicaciones que no corresponde a una
dama decir, sino que hacer.
Mi hidalgo favorito, no puedo reprimir
el impulso de confesaros, que en esta ocasión, usted será testigo de mi
desenfreno: esta noche me sacaré el
camisón de lona, me verá desnuda, andaré desnuda, lo cabalgaré desnuda.
Así que anímese y llegue en prontitud
sabiendo que todo solo obedece a mis impulsos carnales y el amor que usted
profesa es una utopía.
Le saluda afectísima a la espera de
vuestros fieles y placenteros servicios,
PROFETA DE BARES
miércoles, 5 de junio de 2013
HASTÍO
Hoy fue un día normal de
semáforos hirviendo
De dioses tirados en la
calle
Respirando neoprén, o
bencina blanca
De dioses bancarios
ofreciendo crédito
Con 10% de interés anual y
anal.
Hoy fue un día para amar Pero el hombre estaba dormido |
Y la tierra fue toda noche
Toda alarido
Y entré a un café
Y pedí una copa de vino
Y bebí lenta
Y me bebí al hombre
Y me bebí la tierra
Y me bebí la noche
Y me bebí un alarido
Y me bebí todo grito
Y amanecí huella digital
marcada
en un caño oxidado y
envejecido
apedreando las academias
con un poema en la mano
apedreando a los pacos
con un poema en la mano
apedreando al estado
con un poema en la mano
apedreando al sistema
con la vida en las manos.
martes, 28 de mayo de 2013
Autoretrato de la soledad
Un pequeño
rayo de sol ilumina quebradamente todo el lienzo.
Tenues
pinceladas de silencio relativo, forman un color niebla multiplicado en boca y
en pupilas que miran hacia afuera del cuadro.
El rostro se
evapora en tonos de ausencia, en esperas infructuosas retenidas en un ritmo
circular que se refleja en la tonalidad dolorosa de sus ojeras.
En el contorno
de las sienes se visualizan líneas de humedad sobre humedad, con capas sueltas
de angustia contenida y subordinada a un encanto evasivo.
Todo el cuadro
refleja nostalgia, furia, un estado ligero, un laberinto abisal que se pierde
en los contornos del paño para renacer majestuosa en la mirada de quien
observa.
jueves, 17 de mayo de 2012
RENACIMIENTO
NUEVA LLUVIA NUEVA MEMORIA |
y dejar este laúd de voces girando
esta costumbre de perder
miradas soledades caricias olvido
y el rastro de mis pasos
Un cuerpo-memoria que no se incendie
a medio-día
a media-noche
en media-hora
y volar hacia horizontes
donde habite otra caricia / otra humedad / otra lluvia /otra soledad
donde habite otro silencio / otro miedo / otro viento / otro cansancio
donde habite otro aroma de palabras de letras de versos
donde exista la misma poesía de siempre
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